La incorporación de la inteligencia artificial (IA) en las bibliotecas representa una evolución hacia lo que se conoce como “bibliotecas inteligentes”, adaptadas a las necesidades tecnológicas y educativas actuales. Estas instituciones están utilizando la IA para enriquecer la experiencia del usuario, brindando desde recomendaciones personalizadas hasta servicios de búsqueda avanzada y gestión eficiente de datos. La biblioteca inteligente se centra en cuestiones como la comodidad de los usuarios y el personal, la creación de un parque tecnológico para inspirar la innovación y el aprendizaje, la creación de un repositorio de datos inteligentes y el desarrollo de un entorno económicamente sostenible. No obstante, este avance también conlleva desafíos, como la privacidad de los datos y la fiabilidad de la información generada por la IA.
Las bibliotecas están a la vanguardia de la alfabetización en IA, capacitando a sus usuarios para interactuar de manera responsable con esta tecnología y preparándolos para el mercado laboral digital del futuro. La importancia de la biblioteca inteligente radica en su potencial estratégico para ofrecer un espacio que inspire el aprendizaje y la innovación, mejorar la capacidad de evaluación del impacto de los servicios, fomentar el análisis, gestión y reutilización de datos, y apoyar un sistema de colaboración más estrecha con investigadores y otras unidades organizativas. En este sentido, las bibliotecas siguen siendo esenciales como espacios de aprendizaje continuo y acceso equitativo al conocimiento en una sociedad cada vez más influenciada por la IA.