Con el regreso a las aulas post pandemia, diversos son los desafíos de las bibliotecas. Sus edificios ya no son solo espacios para conseguir información y estudiar, si no que se han convertido en lugares culturales y patrimoniales abiertos a la comunidad.
En este sentido, las tendencias en sus diseños han ido evolucionando, dando paso a ser partícipes de las nuevas necesidades de sus usuarios, tanto física, como virtualmente, debiendo velar por ser accesibles e inclusivos.
Durante el 2023 los espacios en las bibliotecas han presentado innovadores avances, destacando entre ellos, según consignó Universo Abierto, los edificios que han incorporado techos abovedados y ventanas salientes en exteriores, y alfombras, pequeñas zonas de lectura e incluso chimeneas.
Por otro lado, el medio de la Universidad de Salamanca, resaltó las estanterías empotradas, mesas largas de madera con iluminación integrada y las sillas clásicas de madera con toques contemporáneos, presentes en las salas de reuniones.
En este contexto, las estanterías y sus nuevas modalidades no se han quedado atrás, pasando de ser altas y fijas, a pequeñas y diseñadas a medida, ofreciendo mejor orientación y zonas medulares más flexibles.
En cuanto a los colores, las construcciones actuales han presentado en su mayoría colores pastel y primarios saturados, además de colores vivos en las zonas de servicio, escritorios o lugares de reunión, espacios claves en estos recintos.
Finalmente, los espacios exteriores se han presentado de manera creativa, ofreciendo a los usuarios una experiencia en orientación, la estética y la distribución de las zonas abiertas.
